¿Son posibles las relaciones a distancia? Pero,¿ y si cambia el significado del término distancia? ¿Y si resulta que lo único que nos separan son minutos, pero no podemos ver a la otra persona?
Las relaciones a distancia son una opción, son efectivas si se cuidan bien. Son similares a las relaciones convencionales porque sus cimientos son la confianza, el respeto y el cariño. Todo esto genera seguridad, que es la base de cualquier relación sana.
El número de parejas que se abrazaban a esta opción a distancia estaban en aumento en los últimos años debido a la mejora de las redes sociales.
Durante el confinamiento, las relaciones a distancia se han incrementado a la fuerza.
Ante esta situación, las normas y las reglas explícitas e implícitas dentro de la relación cambian, puesto que el escenario es diferente.Las reglas de cada relación irán acordes a las ya definidas. Sin embargo, delimitar nuevas pautas, nuevas rutinas van a ayudar a sobrepasar esta etapa de la relación. Uno de los puntos más importantes es que esta situación tiene un fin, por tanto, estas nuevas medidas son extraordinarias.
El estrés, la incertidumbre, los cambios en el estado de ánimo, los periodos de tiempo que se pueden rellenar con autorreflexión y autoconocimiento bien nos pueden guiar hacia varias decisiones. Tomar decisiones importantes bajo estas circunstancias puede llevarnos a consecuencias que no tienen el fin que queremos a largo plazo. Darse tiempo y no precipitarse son clave en este punto.
La comparación con otras parejas conocidas del entorno no facilita ni mejora nuestra propia relación. Como he comentado, cada pareja debe tener claras sus normas, habrá situaciones similares, pero no iguales en todos los ángulos, por tanto, es necesario centrarse en la propia pareja.
Quedar a horas determinadas, como si fuesen citas; cenar juntos y tener un espacio en el que conversar son claves en estos días dentro de la pareja. No tenerle miedo al aburrimiento, por ejemplo, si ya no se tiene nada más que contar durante el día. Contar esta experiencia como algo que se está sobrellevando juntos, aunque estéis a distancia.
Tener en cuenta que la otra persona también esta llevando su proceso de confinamiento y que, de alguna forma, ambos se afectan el uno al otro. Ahora es más necesaria que nunca la expresión de los pensamientos y sentimientos con el fin de que la otra persona entienda en que punto estamos y cómo llevamos el día.
Puesto que todos los días parecen iguales, pero no lo son, las emociones siguen su propio curso.
La falta de contacto físico puede suponer un problema de intimidad. Ya no sólo a nivel sexual, sino un mero beso o un abrazo que ya dábamos por supuesto. Estos actos nos aportan serotonina y oxitocina, nos ayudan en nuestro día a día, a poder sobrellevarlo mejor. Es mera biología.Aquí he de destacar una frase que escribió en su blog Pepa Marcos hace unos días “las palabras están sustituyendo al tacto” . Magnífico compendio de la situación. Saber que las palabras tienen la capacidad de proporcionar el afecto que nuestro cuerpo no es capaz de dar ahora mismo.
“No me importa caminar. No hay distancias cuando se tiene un motivo.” (Jane Austen- Orgullo y Prejuicio).
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